sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Cómo percibo mi docencia?

¿Cómo percibo mi docencia?
En mis años de experiencia como docente, he tenido grandes satisfacciones y, claro, muchos tropiezos, sobre todo cuando, por cambios en los planes de estudio se me han asignado asignaturas o materias nuevas, que por ser la primera vez en que trabajo con ellas se me dificulta abordarlas y creo que fallo en el logro de los propósitos de las mismas.
Lo que hago al iniciar un semestre con cualquier asignatura, por ejemplo CTSyV II y III, que trabajaremos el próximo semestre, es primeramente, leer completo el programa de estudios, su historia, quienes lo crearon, sus propuestas metodológicas, sus contenidos temáticos, sus ejemplos para abordar los contenidos desde la perspectiva de las estrategias educativas centradas en el aprendizaje, su bibliografía sugerida, etc.
Una vez comprendido en lo general el programa de estudios, me pongo a desmenuzarlo en el tiempo, por unidades, con su propósito, contenidos, materiales, estrategias, evaluación y fecha probable de ejecución; es decir, elaboro el programa específico semestral de la asignatura.
Posterior a ello, elaboro el encuadre de la signatura, que es con lo que inicio el primer día de clases con el grupo, donde vemos a grandes rasgos las reglas del juego para el semestre, es decir, propósito de la signatura, metodología de trabajo, parámetros de evaluación, perspectivas de los alumnos, perspectivas del docente, materiales de trabajo, tolerancia, etc.
Después de elaborar el encuadre, sigue ahora escribir la secuencia didáctica, que hago por tema, la cual en esencia lleva: logos de la SEP-DGETA-SEMS-CBTa 172, nombre de la signatura, nombre del docente, periodo de ejecución, grupos, semestre, propósito de la secuencia, justificación, conceptos fundamentales y subsidiarios a alcanzar, categorías, valores y luego la estructura de las actividades a realizar en el aula divididas en: actividades de apertura ( busca rescatar los saberes previos de los estudiantes), actividades de desarrollo ( el contacto de las experiencias de los alumnos con los contenidos fácticos), Actividades de cierre ( confrontación de la experiencia del estudiante con su contexto actual, es decir los productos del trabajo), un cuadro de evaluación que contempla el producto y/o proceso de aprendizaje, instrumento de evaluación y criterios de evaluación.
Todo lo anterior es lo que hago, ¿Por qué lo hago?, porque estoy convencido de que el trabajo en el aula es la parte medular del proceso educativo, el cual, no debe improvisarse, sino que debemos tener en claro lo que perseguimos con tal o cual actividad, que tenga una verdadera intencionalidad, que motive al estudiante en la construcción de su aprendizaje.
¿A dónde quiero llegar?
A un verdadero acompañamiento de trabajo y armonía con mis estudiantes en su aprendizaje, para que sean exitosos en la vida.
¿Qué busco en cada actividad?
La intención que me lleve a despertar en los estudiantes el amor por aprender, por hacer y por ser mejores personas cada día.

Mi confrontación con la docencia

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA
El haberme iniciado como maestro tiene para mí una connotación socioeconómica, nací en el seno de una familia rural, humilde y numerosa; curse tres años de primaria, secundaria y bachillerato fuera del lugar donde nací, en un ambiente de carencias y penurias. Por esa razón busque como opción para hacer una licenciatura las escuelas internados, sin fijarme en las carreras que ofertaban; y así, después de un reñido examen de selección fui aceptado en el Instituto Superior de Educación Tecnológica Agropecuaria de Roque, Celaya Gto. Donde curse la carrera de Licenciado en Pedagogía con la Especialidad de Agricultura, curiosamente, ya cursando el cuarto semestre, me di cuenta a conciencia de que era una carrera para ser maestro a nivel medio superior de escuelas agropecuarias.
En Julio de 1984 la SEIT publicó una convocatoria para participar en un examen de oposición para ingresar a trabajar a la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria, es decir a los C.B.T.A.s, presente el examen y Salí agraciado en la lista de seleccionados, me mandaron a un curso de quince días a Tepic Nayarit y de ahí al Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 172 de Rodeo, Dgo. Y hasta la fecha aquí sigo como maestro.
Al iniciar a trabajar como maestro contaba con 22 años de edad, mis alumnos rondaban entre los 15 y 21 años, nos hicimos muy amigos, convivíamos en el trabajo de las materias que me asignaba la dirección del plantel; convivíamos fuera del plantel por las tardes y fines de semana, como adolescentes que éramos. En este compañerismo, me di cuenta de los intereses de mis alumnos, sus preocupaciones, sus metas y claro, sus problemas diversos. Fue en estas circunstancias en que aprecié lo bonita que es la profesión de ser maestro.
Desde entonces he tenido muchas satisfacciones como docente, y éstas nunca han sido económicas, sino afectivas, y cuando digo afectivas, tampoco todas gratificantes, ha habido momentos amargos, como cundo algunos de mis alumnos me decían abiertamente que no me iban a decir maestro porque estaba muy jovencillo, que no sabía nada, que dudaban que fuera licenciado, etc. En otros momentos, hasta confrontaciones personales con alumnos por cuestiones de trabajo y evaluaciones, y qué decir, de los pleitos con mis compañeros de trabajo por cuestiones de planeaciones didácticas, asistencias puntuales, entrega de evaluaciones en tiempo y forma, opciones sindicales, jefaturas de departamentos, etc.
Han pasado los años ahora tengo alumnas y alumnos de mis exalumnas y exalumnos, me complace escucharlos diciendo que me mandan saludar sus padres, que me conocen y que les da gustos saber que yo soy su maestro. Esto me hace sentir orgulloso de mi profesión y mi trabajo; quizás lo que no ha cambiado con el tiempo es la manera como trato a mis alumnos, con respeto, procuro siempre escucharlos, interesarme en sus pláticas, no humillarlos y tampoco ponerme en el lugar de su padre para sermonearlo.

Los saberes de mis estudiantes

LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES
De un total de 31 estudiantes y después de aplicar una encuesta preguntando ¿Para qué usa el Internet? Y dándole las opciones que vienen en el andamio cognitivo “Tipos de uso de Internet”, los resultados son: 16 estudiantes lo usan como reservorio y como espacio social de acción individual y colectiva, 15 solo lo usan como reservorio, principalmente para obtener música, fotos y videos.
La estrategia que construimos, primero fue la de que los estudiantes que ya saben usar el internet como espacio social de acción individual y colectiva enseñarían a los que solo lo usan como reservorio, principalmente, como establecer una comunicación con otras personas a través de la red, solicitar información especializada sobre algún tema en especial, realizar una video llamada, subir fotos e información a la red, participar en un foro y cómo estudiar cursos por Internet, para ello solicitamos la sala de computación del plantel, la conexión a Internet y en parejas trabajaron, durante tres horas.
Finalmente, ya en el aula se les pidió que por equipos de cuatro estudiantes, realizaran una propuesta sobre el uso que le pueden dar al internet para la realización de trabajos en sus diferentes asignaturas que cursan actualmente, misma que expondrán a sus compañeros del grupo, mediante diapositivas y con ejemplos concretos.